Paso a paso
Por qué los ciclistas hacen senderismo en pretemporada
El otro día compartimos en Instagram una fotografía de nuestros corredores Roger Adrià, Kiko Galván, Jordi López y Martí Márquez caminando hacia la cima del Puigmal, un pico de casi 3000 metros ubicado en Girona en plena frontera hispanogala. A varios de nuestros seguidores les llamó la atención que profesionales del ciclismo estuviera realizando una marcha de esa exigencia en pleno otoño.
Y sin embargo, es bastante habitual que en pretemporada las grupetas dejen la lycra en el armario y opten para el chándal, abandonando la bicicleta en casa un par de veces por semana para adentrarse en la montaña a pie. Por unos meses, cambian el ciclismo por el senderismo para construir su forma física paso a paso. El porqué nos lo explica el propio Martí Márquez.
¿Por qué hacemos senderismo en pretemporada? La versión corta: porque nos lo dicen los entrenadores. [ríe] La versión larga: porque el senderismo es un ejercicio menos intenso y más completo que el ciclismo. Nos permite trabajar el volumen y el fondo físico de modo aeróbico, implicando los grupos musculares esenciales para la bicicleta y otros que no lo son tanto. Comencé la pretemporada a mediados de octubre y estaré haciendo rutas senderistas una o dos veces por semana hasta mediados de diciembre.
Casi todos los ciclistas profesionales practican senderismo en pretemporada. Habrá excepciones, seguro, pero creo que es algo bastante extendido. A mí me gusta muchísimo porque puedo disfrutar de las vistas y de la conversación mucho más que con la bicicleta. Yo suelo quedar con compañeros de equipo para hacer rutas, pero también incluyo a amigos que practican otros deportes, o incluso personas que no hacen ninguno. Por ejemplo: una vez mi prima se vino conmigo a hacer una ruta de seis horas y la aguantó perfectamente.
Respecto al tipo de rutas, te puedo contar un par de este otoño. La del Puigmal, hace un par de semanas, supuso bastante más de 1000 metros de desnivel repartidos en 17 kilómetros. Este sábado fui con Roger Adrià, Kiko Galván, mi padre y mi perro a pasear por el Montseny. Fueron 1100 metros de desnivel en 15 kilómetros… pero se complicaron: ¡mi perro se perdió en la bajada e hice casi 10 kilómetros extra buscándolo! Volvimos a casa a las 17:00, reventados.
A título personal, el beneficio del senderismo lo noto más en la mente que en el cuerpo. Me explico. Con el gimnasio, noto las piernas más musculadas y potentes sobre la bicicleta. Con el senderismo, más allá del hecho de entrenar el fondo físico de una forma diferente, noto que estar acostumbrado a cinco o hasta siete horas de ejercicio continuo provoca que un entrenamiento de tres horas sobre la bicicleta se me haga incluso corto.
Durante estos meses, la planificación de entrenamientos de un ciclista es bastante flexible. No tenemos tantas horas de bici y tenemos vía libre para practicar otros deportes o modalidades. A mí, por ejemplo, me encanta practicar MTB porque me resulta muy ameno, sobre todo cuando voy acompañado. También aprovecho para jugar al pádel con mis amigos porque es un deporte poco exigente y muy divertido que puedo hacer junto a mis amigos de toda la vida. He de reconocer, eso sí, que somos bastante paquetes.
A mediados de diciembre me tocará concentrarme al 100% en la bicicleta de carretera, junto con algún día puntual de gimnasio. En esa época afrontaré un buen bloque de fondo que abarcará prácticamente toda la Navidad, que es el momento de meter muchísimos kilómetros sin demasiada intensidad. A partir de Reyes, la cosa se complicará. Una vez tenemos la base hecha, programamos entrenamientos con series para afinar la puesta a punto y pensar en las competiciones.