El reto de doblar
Qué supone para un equipo como el nuestro correr en dos sitios a la vez
Dentro de la jerga ciclista, la palabra ‘doblar’ significa competir en dos o más carreras a la vez. Para los equipos grandes, es el pan de cada día; cualquier conjunto World Tour está acostumbrado a desarrollar su actividad en dos o tres frentes simultáneos. Obligan a ello el calendario de primera división, propenso a solapar pruebas, y la talla de la plantilla, por cuanto para ofrecer cierta continuidad a 28 ciclistas es necesario participar en varias carreras al mismo tiempo. Esto obliga a su vez a contar con varias unidades de auxiliares (hay equipos que tienen el doble de miembros en el cuerpo técnico que en la plantilla de ciclistas), con vehículos de sobra para desplegarse en diversos frentes, con una logística capaz de ordenar y dividir los recursos adecuadamente…
Doblar es un auténtico reto, más todavía para un equipo recién nacido como el nuestro. Sin embargo, nosotros decidimos doblar en nuestras dos primeras semanas de vida. A la vez que en la Challenge de Mallorca, corrimos en el Grand Prix Cycliste de La Marseillaise; mientras siete ciclistas disputaban la Volta a la Comunitat Valenciana, otros siete estaban en la Étoile de Bessèges. En total, 27 personas trabajando fuera de casa durante hasta 14 días consecutivos, moviendo cuatro coches y cuatro furgonetas a razón de unos 4000 kilómetros por vehículo.
Nuestro director deportivo Pablo Urtasun nos explica las razones de esta decisión, la complejidad de este proceso y el resultado de la aventura.
En invierno hicimos una cuenta muy sencilla. Tenemos una plantilla de 14 ciclistas. Para corredores jóvenes como los nuestros, lo ideal es competir entre 50 y 60 días al año; no tienen madurez física para hacer 80, pero darles sólo 30 equivale a cortarles la progresión. En cada carrera de nuestra categoría se pueden alinear 6 o 7 ciclistas. Mínimo, (14 x 50) / 6,5; máximo, (14 x 60) / 6,5.
Así pues, necesitábamos entre 110 y 130 días de competición para tener un calendario adecuado para nuestras necesidades deportivas. El trabajo del cuerpo técnico, liderado en este aspecto por Francis Lafargue, ha sido muy bueno y ahora mismo tenemos cubierto de sobra el mínimo de días de competición necesarios. Encima, el calendario está muy bien distribuido: mucha continuidad en abril, mayo y junio, competición desde febrero hasta septiembre inclusive, y dos impasses en marzo y julio ideales para que los ciclistas descansen, realicen concentraciones en altura o entrenen en casa con ritmo en las piernas.
Hemos decidido doblar en este principio de temporada porque no queríamos que, pudiendo correr, los ciclistas estuvieran en casa, entrenando sin más. Teníamos la oportunidad de darles días de competición de calidad a todos y una circunstancia particular: al estar a principios de temporada, todos estaban en buenas condiciones para ponerse un dorsal.
Por estadística, en condiciones normales un equipo deportivo tiene un 10-15% de miembros de la plantilla no disponibles. Esto, en nuestro caso, significa uno o dos ciclistas que, por lesión, enfermedad u otras situaciones personales, no puedan competir. A nosotros, en este momento puntual, las circunstancias nos han respetado y teníamos los catorce ciclistas de la plantilla disponibles. Además, ninguno ha sufrido una caída severa en estos días; Kiko Galván se cayó tres veces, pero ninguna tuvo consecuencias de gravedad y ha podido completar los siete días de competición que tenía previstos.
Doblar es un esfuerzo impresionante también desde el punto de vista logístico. En nuestro caso, en el capítulo de vehículos estamos esperando una caravana que hubo que suplir con un furgón de Lizarte en el frente español. Para los diez días de frente francés, el concesionario Škoda – Mundomóvil de Pamplona nos cedió una furgoneta que nos resultó muy útil para completar la logística.
También tuvimos que reforzar el cuerpo técnico. Nosotros, por una cuestión de presupuesto, podemos comprometer para toda la temporada a un número limitado de mecánicos y masajistas. Por eso, para los tres o cuatro momentos puntuales en los que vamos a doblar, necesitamos tirar de profesionales autónomos que contratamos por días. Suele ser gente de ciclismo, que lleva años trabajando en esto y sabe cómo funciona un equipo por dentro… Pero también está bien traer personas nuevas que aprendan nuestra forma particular de trabajar y se amolden a ella fácilmente. Esta semana, por ejemplo, hemos tenido un mecánico procedente del MTB que nunca había hecho carretera… Y nos hemos quedado encantados con él.
La experiencia ha salido bien. Nuestros ciclistas han dado la talla en ambos frentes y hemos tenido un nivel medio bastante alto para un equipo Continental. Lo mejor es que competir en el mismo pelotón que los World Tour, con los 12 equipos de esa categoría que había en Volta a la Comunitat Valenciana y los 7 de la Étoile de Bessèges, les ha dejado a los 14 un punto en las piernas que supone una base muy buena para el resto de la temporada. El cuerpo técnico ha funcionado a la perfección y la logística, también. Afrontar el reto de doblar en nuestras dos primeras semanas de vida nos ha hecho crecer y ha merecido la pena.
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