Metas para crecer
Compartimos consejos para una buena gestión emocional
Este martes por la tarde hemos llevado a cabo con Juanjo Oroz, director deportivo del Equipo Kern Pharma, la segunda entrega de ‘21 minutos de #CiclismoReal’ en un directo de Instagram Stories. Tras el primer episodio de esta iniciativa, que tuvo como protagonistas a la nutricionista Amaia Martioda y a nuestro corredor Urko Berrade, Oroz nos ha dado algunas claves sobre la importancia de una buena estabilidad emocional.
La gestión de las emociones es especialmente importante en situaciones de dificultad como las que la sociedad en general y el ciclismo en particular atraviesan en la actualidad. Al igual que el ciclista ha de montar en el rodillo ante la incertidumbre, el resto de personas tenemos que seguir con nuestra rutina pese a los condicionantes.
Andrey Amador, ciclista del Team Ineos formado en la Asociación Deportiva Galibier, fue un espectador de excepción para la conversación. A propósito del tema abordado, Juanjo Oroz apuntó: “Andrey puede ser un ejemplo para todos los ciclistas que tienen que entrenar a pesar de las dificultades. Ver hasta dónde ha sido capaz de llegar es una motivación para montarse en el rodillo”.
A continuación, compartimos las claves expresadas por Juanjo Oroz durante los 21 minutos de #CiclismoReal:
(1) Marcarse metas es esencial para mantener buenas dinámicas. Cuando se afrontan dificultades, hay que acordarse de los objetivos para no desviarnos y mantener la rutina. Los objetivos marcados a largo plazo son los que harán que valga la pena el esfuerzo de mantener una disciplina y unos hábitos en el día a día. Cuando no se encuentra la motivación necesaria, recordar las metas es un ejercicio clave para dar el paso y continuar con la rutina que nos llevará a alcanzarlas.
(2) Una buena estabilidad emocional permite no depender tanto de situaciones externas. Los factores externos, como por ejemplo son los resultados en el ciclismo, debilitan si no son satisfactorios y no tenemos una visión a largo plazo. Una felicidad basada en resultados es muy frágil. En tiempos en los que las emociones van a favor, es sencillo llevar una rutina; cuando las circunstancias se complican, es necesario tener claro el objetivo final para no desviarse del camino.
(3) Los ciclistas no son robots. Cada persona ha de marcarse su propio camino y aprender en su transcurso. Aunque los objetivos y las trayectorias personales se pueden imponer, la mejor manera de que se cumplan las ilusiones es que la persona (el ciclista) elija su camino. La convicción es un elemento clave para el éxito de las personas en sus proyectos vitales. El deportista debe elegir sus objetivos y la manera de conseguirlos; el papel del técnico es acompañarle y orientarle cuando necesite ayuda.
(4) Las dudas son inevitables, pero se pueden controlar. Se ha de ser capaz de gestionar las emociones, aunque por momentos hagan cuestionarse las metas propuestas. La determinación de cada uno tiene que hacer que la duda dure en la mente el menor tiempo posible. Al fin y al cabo, estos cuestionamientos sólo son un obstáculo más. En nuestro equipo los técnicos procuramos no dar órdenes para imponer un punto de vista, sino enseñar al ciclista a pensar para que sea capaz de tomar sus propias decisiones. Porque sí, queremos ganar carreras, pero incluso en ellas, llegado el momento clave, será el ciclista quien deba decidir por sí mismo. Y en su vida diaria, también.
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